martes, 22 de febrero de 2011

Esto ya es molesto. Hace más o menos, siete meses que no me sentía asi, quizás no tanto... pero no me acordaba, no tenia memoria o por lo menos había decidido no recordar cómo era sentirse así.
Lo incómodo que es tener todo el tiempo un sentimiento de inseguridad que no deja de oprimirte el pecho. Lo poco inestable que se encuentra mi ánimo para mi es preocupante.
Las pocas ganas de hacer ciertas cosas, de estar con tales personas.
Y creo sinceramente que es porqe sigo pensando que es posible caerle bien a todos. Ese es mi problema que por tratar de agradar a todos, termino por no agradarme a mi.
Creo que necesito tiempo, espacio... o por lo menos esto. Escribir para no pensar tanto.
Pero mientras tanto veo muchas mas cosas de mi, de las que se me ocurrieron en mi vida. Vi mucho de lo que no me gusta de mi, y de las mejores cosas que me han pasado.
Todo junto, de golpe, sin aire.
Vi miradas, juegos, lecturas en voz alta, sueños cumplidos, sueños rotos, vi a mi abuelo, vi a mi papá, a mi mamá, a mis hermanos, a mis abuelos, a Jesús mirándome, a toda mi locura en su mayor complejidad. Rompí reglas no escritas, llegué tarde, me fui antes, no fui, no estuve y estuve de vuelta. me reí, perdí unas lágrimas, por mí, por vos. Me enojé, me escapé, volví. Escribí, regalé, rompí. Miré como si no existieran, me volví mi peor enemiga. Lloré, muchísimo. No busqué más nada que un refugio. No lo encontré. Me desesperé. Seguí dando vueltas, me lastimé, mucho. Hubieron heridas que cerraron, otras que todavía siguen ahí en stand by. Unas cuantas dejaron su marca, otras vuelven a abrirse cada tanto, ¿será porque tengo que aprender eso una y otra y otra y otra vez?
Vi también cómo de a poco siempre aparecía la alegría, en un abrazo, en un gesto, en una sonrisa. Pero siempre aparecía, así supiera que yo fuera a cerrarle la puerta, ella aparecía. Y los vi a ellos, a mis amigos, los vi cansados, también los vi divertirse.
Vi tantas cosas, vi muchas que no quisiera recordar, otras tantas que elegiría revivir..
Pero acá estoy, la nostalgia me presiona el corazón, el alma qiere llorar desesperada. ¿y yo? y yo ni siquiera soy capaz de saber dónde estoy.

1 comentario:

Tin dijo...

No se si viene al caso, pero me recuerda a un aparatito que me mostraron una vez, que buscaba la luz de las estrellas conocidas y gracias a ellas sabia a donde estaba. Nuestra posicion es una medida de comparacion, contra el lugar donde está lo demas, para saber donde estamos necesitamos saber a donde esta el resto tmb.